Algo consustancial con las más emocionales costumbres cristianas es ofrecer a nuestra devoción lo mejor que podemos y eso, traducido a objeto junto con devoción mariana queda reflejado en joyas de metales y piedras preciosas entre las que se encuadran los rosarios de tal material. También somos históricamente proclives a tener en nuestro propio ajuar de complementos religiosos rosarios de cierta valía como los de oro o plata.
Nuestra colección está muy bien nutrida de ejemplares de esta cualidad.
El primero es el nº 13, rosario de oro macizo que porta Ntra. Madre y Señora de los Dolores en su mano en la estación de penitencia el Miércoles Santo, donado por nuestro inolvidable hermano José Carlos Pérez García y al que dedicamos la entrega nº 2 de esta serie.
Los rosarios de plata son diversos ofreciendo un interesante abanico de modelos y procedencia.
Por ejemplo de 2005 es uno muy fino con avemaría con la imagen de Santa Clara incorporada por las RRMM Clarisas, de Úbeda, donde un hermano fue a dar una conferencia, lo recibió como recuerdo y éste lo donó a la Hermandad. Es el nº 117.
Por las mismas fechas otro hermano de viaje por Asturias nos trajo un rosario de plata de ley con una miniatura de la Virgen de Covadonga adherida y la cruz reproducción de la famosa Cruz de Cangas de Onís, símbolo del Principado de Asturias. Está catalogado con el nº 118.
Una curiosa donación anónima aportó un rosario totalmente de plata “made in Italy” procedente de la Abadía de Glastonbury, Cornualles, Inglaterra. Presenta la peculiaridad de que las cuentas simulan un típico dibujo celta. Es el nº 151.
El nº 166 es quizás del modelo más típico dentro de los rosarios de plata, de los denominados de filigrana cordobesa con cruz dieciochesca, obra de la Sociedad de Plateros de Córdoba y donado por una hermana.
Hay otros rosarios que no son solamente de plata y los veremos en el capítulo dedicado a los de materiales diversos especiales.
Juan José Domínguez González
hermano Archivero