LA TESTAMENTARÍA DE ISABEL BAUTISTA
Vimos en la entrega anterior la figura de Francisco de Figueroa, su vida en México, un solo hijo que muere antes que él dejándole tres nietas de las que solo vivía una al tiempo de su fallecimiento y la ejecución de su testamento en lo que hoy es Archivo de Indias de Sevilla donde se conserva la documentación original.
Hay que decir que de esa documentación la Hermandad posee un dossier completo con copia autentificada suministrada por el propio Archivo de Indias, informe del Archivero correspondiente sobre autenticidad e informe paleográfico.
La heredera (única nieta que vivía al fallecimiento de Figueroa) era Isabel que utilizó el apellido de su padre pero como segundo, siendo primero el de su madre, de ahí el nombre que aparece en la propia documentación de testamentaría de Isabel Bautista de Figueroa[1] desapareciendo, en lo sucesivo, el apellido del indiano.
El procedimiento a seguir tras el fallecimiento de quienes testaban a favor de personas en España era, como vimos en la entrega anterior, la venta de todos sus bienes convirtiéndolos en efectivo de donde las autoridades deducían impuestos o cualquier otra cantidad pendiente. El líquido resultante era remitido a Sevilla, Casa de Contratación, donde se realizaba otra “cuenta de resaca” con deducción de tributos y gastos poniendo el resultado a disposición de los legítimos herederos[2]. El importe efectivo, monedas de oro y plata, era acompañado de la correspondiente documentación y original del testamento motivo este por el que figura en el Archivo de Indias, de Sevilla.
Ya que expuesto en la entrega anterior pero cabe aquí recordar que el expediente tuvo entrada en la Casa de Contratación el 19 de abril de 1613 con un importe líquido final de 15.207 maravedíes[3] de lo que era única heredera la indicada Isabel Bautista de Figueroa.
Isabel se personó en la Casa de Contratación el 25 de enero de 1614[4], a los nueve meses de la llegada de los Autos a Sevilla lo que denota la burocracia a que los trámites estaban sometidos, incorporando su testamento a continuación del de su abuelo en las páginas 7 verso a 9 verso del Expediente señalado con el nº 341 de Contratación, nº 1, r. 9[5] del Auto de Bienes de difuntos referenciado[6].
En su testamento aclara que lo hace antes de poder cobrar los “quinientos ducados mas o menos que por herencia de Francisco de Figueroa me han enviado de las Indias”[7]
En la página 7 verso, párrafo segundo, se expresa el siguiente transcrito:
“Item mando que me acompañen // las cofradías de la sledad y la vera // cruz e del Santísimo Sacramento // e nuestra señora del rosario de // q. soy hermana y se le den limosnas // dieciséis reales a cada una quatro // reales”[8].
Es el testimonio más antiguo de la existencia de la Cofradía de la Virgen del Rosario, no su fundación que obviamente fue anterior, quizás algunas décadas antes porque de los hechos se deduce la existencia de una Hermandad con suficiente solera como para ser perceptora de dinero procedente de testamento. Es Isabel Bautista la hermana más antigua de la que se tiene noticias.
Además la Virgen del Rosario aparece en una segunda ocasión cuando deja 20 reales cargados sobre la casa de su propiedad para que anualmente se le dijera una misa el día de la Encarnación en el altar de la Virgen del Rosario[9] lo que nis indica que tenía altar propio.
El testamento de Isabel fue realizado con anterioridad ante el escribano público de Dos Hermanas don Luis Sarmiento[10].
Era Isabel Bautista de Figueroa una mujer sin problemas económicos. Estaba casada con Juan de Torres, carpintero, que aparece en el censo de 1612 como vecino con renta superior a 100.000 maravedíes[11], casi siete veces más que lo heredado. Vivía en la calle Real en una casa propia adquirida años atrás por 500 ducados procedentes de la herencia de su abuela (la materna, se entiende) y también eran propietarios de una pequeña heredad de vides en el pago de Torremochuela[12].
Sus vecinos era Alonso Benegas y Francisco de Pozas, otra vez el apellido Pozas, quien aparece como cuñado de Isabel. Interesante, a tener en cuenta, el detalle de que Francisco de Pozas vivía en la calle Real. Ese dato aparece en otra interesante historia de la Hermandad cual es el enigma de la Capilla de la Virgen del Rosario.
La vida de Isabel, a partir de aquí, fue breve y así se nos relata:
“De una salud bastante frágil, estuvo largo tiempo asistida por su suegra Antonia de Torres como manifiesta el hecho de haberle dejado en su testamento 30 ducados en agradecimiento a esta atención. Hacia 1615 fue trasladada a Sevilla a las casas de la morada de Catalina de Concepción, ubicada en la collación de San Juan de la Palma, para ser aliviada de su enfermedad. Pese haber otorgado codicillo en la ciudad de Sevilla insiste en que a su muerte su cuerpo sea traído a Dos Hermanas para ser enterrado y se la amortaje con el hábito de Nuestra Señora del Carmen. Su muerte debió acaecer entre el 28 de agosto de 1615, fecha del codicillo, y el 26 de octubre de ese mismo año, fecha en la que Gonzalo Devida Calvo, colector de Santa María Magdalena, da fe de haberse cumplido el testamento en su totalidad. Falleció sin hijos dejando como heredero universal de sus bienes a su marido Juan de Torres”[13].
En definitiva, para lo que a la Hermandad interesa, el Testamento de Figueroa terminó siendo el Testamento de Isabel Bautista de Figueroa, 1614 la fecha más antigua de la Hermandad y la propia Isabel la hermana más antigua conocida. .
Juan José Domínguez González
hermano Archivero
[1] LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio José, «Los bienes de difuntos nazarenos en eI siglo XVII», Revista Feria de Dos Hermanas 1993, Pag. 120.
[2] GUTIÉRREZ-ALVIZ ARMARIO, F., “Las bienes de difuntos en el derecho indiano”, páf. 335, Sevilla 1942
BASALLOTE MUÑOZ, Francisco, “Pasajeros a Indias de Dos Hermanas durante los siglos XVI, XVII y XVIII”, Revista de Feria 1998, páginas 20-26, Dos Hermanas 1998
[3] LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio José, «Los bienes de difuntos nazarenos en eI siglo XVII», Revista Feria de Dos Hermanas 1993, Pag. 120.
[4] Idem
[5] AH., Expedientes Especiales, Expediente “Testamento de Figueroa”
[6] BASALLOTE MUÑOZ, Francisco, “Pasajeros a Indias de Dos Hermanas durante los siglos XVI, XVII y XVIII”, Revista de Feria 1998, páginas 20-26, Dos Hermanas 1998
[7] BASALLOTE MUÑOZ, Francisco, “Pasajeros a Indias de Dos Hermanas durante los siglos XVI, XVII y XVIII”, Revista de Feria 1998, páginas 20-26, Dos Hermanas 1998
[8] NAVARRO PUERTO, María Isabel, Certificación pericial paleográfica.
BASALLOTE MUÑOZ, Francisco, “Pasajeros a Indias de Dos Hermanas durante los siglos XVI, XVII y XVIII”, Revista de Feria 1998, páginas 20-26, Dos Hermanas 1998
[9] LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio José, «Los bienes de difuntos nazarenos en eI siglo XVII», Revista Feria de Dos Hermanas 1993, Pag. 120.
[10] LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio José, Nota Informativa anexa ala Copia cotejada del Testamento de Figueroa, en su calidad de Jefe de Sección de Consulados del Archivo General de indias, Sevilla 2002.
[11] LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio José y SÁNCHEZ NÚÑEZ, Pedro, “La Villa de Dos Hermanas en el siglo XVII”, Excmo. Ayuntamiento, Dos Hermanas 1991.
[12] LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio José, «Los bienes de difuntos nazarenos en eI siglo XVII», Revista Feria de Dos Hermanas 1993, Pag. 120.
[13] LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio José, «Los bienes de difuntos nazarenos en eI siglo XVII», Revista Feria de Dos Hermanas 1993, Pag. 121.