En septiembre de 1994 la Hermandad Sacramental de Sta. Mª Magdalena organizó una peregrinación a Tierra Santa y llevaron un cuadro con nuestra Patrona con intención de dejarlo en la iglesia de Santa Ana, en Jerusalén, como así sucedió.
Allí seguía el cuadro en el año 2000, entrando a la derecha, y bajo el mismo un mueble dispensario de estampas que tenían en el anverso la imagen de nuestra Santa Ana y en el anverso una oración a la Santa con ejemplares distintos para ofrecerla en muy variados idiomas desde el árabe al croata sin faltar el español.
En 2005 el cuadro no estaba y no hubo manera de localizarlo; aun quedaban algunas estampas, pocas, en inglés, francés y neederlandés.
En 2007 tuve acceso a la casa de los PP Blancos franceses, custodios del lugar, y allí estaba el cuadro en una salita de estar y al año siguiente ya no estaba y nadie sabía de él.
Pero el Domingo de Ramos de este año, 2013, el padre blanco que estaba de turno en la iglesia, un galés simpático que cambiaba de conversación cada vez que le preguntaba su nombre o le pedía su correo electrónico, debió interpretar mi interés y los intentos baldíos desde años atrás y me dijo “coming, coming”; le seguí, abrió una puerta bajo llaves, cruzamos una sacristía desangelada y una puerta minúscula que estaba abierta y allí, en una especie de despachito, estaba el cuadro de nuestra Santa Patrona.
Sirvan estos párrafos como constancia de los hechos.
Juan José Domínguez González
hermano Archivero