VIERNES SANTO DE 1934: UNA ESTAMPA PARA EL RECUERDO

En el Viernes Santo de 1934 ─ hace ahora justamente ochenta años ─, se dio un hecho histórico y, al mismo tiempo, curioso en nuestra Semana Santa. Por primera y única vez salieron juntas en procesión las imágenes de Nuestra Señora y Madre de los Dolores y del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, titulares de las hermandades de Oración en el Huerto y Vera-Cruz, respectivamente. Una verdadera estampa que quedó grabada en la memoria de los nazarenos de aquel momento y que el inexorable paso del tiempo, en parte, ha borrado.

Sobre este interesante hecho se han escrito varios artículos en los últimos años, por lo que básicamente no vamos a aportar nada nuevo al respecto. En este presente artículo intentaremos recordar cómo transcurrió aquella memorable jornada para que esta efemérides no pase inadvertida.

Pero antes de abordar el tema, sería conveniente y, a la vez muy necesario, ver el contexto en el que se desarrolló, porque sin él no se podría entender.

Desde que en abril de 1931 se proclamara la II República española la situación política del país había estado marcada por un profundo y patente sentimiento anticlerical, materializado, por poner unos pocos ejemplos, en la quema de conventos en varias ciudades del país (mayo de 1931) y en los artículos 26 y 27 de la Constitución republicana.

En Dos Hermanas, ese sentimiento se hizo también muy evidente. Así, por ejemplo, desde un primer momento el Ayuntamiento nazareno trató de establecer una política de laicización, retirando cualquier símbolo religioso de las calles y las subvenciones que se entregaban a las hermandades de la villa.

Esa política se radicalizó durante el mandato del socialista Antonio Muñoz Benítez [1932-1934], apodado precisamente el Laico, que, como es bien sabido, llegó a imponer un arbitrio sobre el toque de campana, decisión que terminó siendo revocada por el Tribunal administrativo de la Delegación de Hacienda de Sevilla en 1934. En el período que Muñoz Benítez fue alcalde de Dos Hermanas la relación entre el consistorio y las hermandades no fue del todo óptima. Así, por ejemplo, en la Semana Santa de 1933 ninguna de las cofradías (Oración en el Huerto, Vera-Cruz, Gran Poder y Santo Entierro) hicieron estación de penitencia, y un año después, el propio alcalde se empeñó en no dejar pasar a la hermandad del Rocío por la calle José Nakens (actual Nuestra Señora de Valme).

La situación cambiará a raíz del triunfo de los partidos políticos de derechas en las elecciones generales de noviembre de 1933 y la llegada al Gobierno de la Nación del Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, de tendencia centrista. A partir de ese momento, el anticlericalismo antes aludido pareció relajarse, hasta tal punto que la Semana Santa de 1934 se presentó mucho más tranquila que las anteriores. Así las cosas, la hermandad del Gran Poder aprovechó la coyuntura y decidió hacer estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo, después, claro está, de conseguir la pertinente autorización del Gobernador Civil sevillano[1].

Visto ya, a grandes rasgos, el contexto histórico, pasemos a ver cómo se desarrollaron los hechos.

Paso de nuestra Señora y Madre de los Dolores en la decada de 1930

Aspecto que presentaba el paso de Nuestra Señora y Madre de los Dolores en la década de 1930. Foto del Archivo de la Hermandad de Oración en el Huerto.

Habría que remontarse días antes, a principios de febrero. El primer día de ese mes la hermandad de Oración ─ presidida teóricamente por Joaquín varo Pareja, y de facto por Enrique Gómez Martínez ─ celebró cabildo de oficiales de 1 de febrero de 1934, decidiendo entre otras cosas colocar en besamanos al Santo Cristo el Miércoles Santo y exponer a sus Titulares en sus pasos durante los días de Semana Santa. En ningún momento, se contempló la posibilidad de realizar estación de penitencia dada la situación política que aún seguía siendo tensa, aunque no como en el primer bienio republicano (1931-1933).

Por su parte, la hermandad de la Vera-Cruz, a cuya cabeza se encontraba por aquel entonces Manuel Husón Alanís [1933-1936], decidió en cabildo general de 1 de marzo de 1934, entre otros asuntos, colocar el Jueves Santo en el paso al viejo Cristo de la Vera-Cruz y en besapié a la imagen de la misma advocación realizada en 1930 por el escultor sevillano González Migolla. En un principio, tampoco se tenía pensado salir en procesión por las calles de la villa. De hecho, tampoco solicitaron la petición al Gobernador.

Como ya apuntamos anteriormente, en la madrugada del Viernes Santo salió en procesión la hermandad del Gran Poder, lo cual fue muy celebrado en el pueblo por los fieles y devotos, que durante dos años no habían podido admirar las imágenes en las calles. Al mismo tiempo corrió el rumor de que Oración también desfilaría en la tarde de ese día, lo cual no dejaba de ser eso, un rumor, porque la cofradía, como hemos visto no tenía la menor intención de salir.

En la mañana del Viernes Santo, 30 de marzo, los cofrades de la Vera-Cruz se encontraban en la capilla de San Sebastián custodiando los pasos de sus titulares. Al templo del Santo Patrón de Dos Hermanas acudieron numerosos vecinos ─ la capilla quedó, al parecer, desbordada de público ─ para contemplar al Cristo y a la Virgen del Mayor Dolor, y fue entonces cuando comenzaron a manifestar el deseo de que la cofradía hiciera estación de penitencia. Al poco, los cofrades de la Vera-Cruz cedieron a la presión de los fieles, y viendo que el paso de la Virgen no estaba en condiciones de salir en procesión, decidieron sacar el paso de Cristo y enviar una comisión a la Hermandad de Oración para que acompañara a este paso el de Nuestra Señora de los Dolores.

Dicha comisión visitó por la tarde a los oficiales de la Oración en el Huerto, quienes finalmente ─ después de salvar ciertas reticencias ─ aceptaron la propuesta de salir en procesión conjuntamente con Vera-Cruz. Sin pérdida de tiempo, un grupo de cofrades marchó a Sevilla para solicitar al Gobernador Civil el necesario permiso para salir, permiso que les fue concedido sin problema alguno. Parece ser que las autoridades municipales hicieron lo imposible por evitar tal concesión, pero todo fue en vano.

A las nueve de la noche salió de la capilla de San Sebastián el paso del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz con destino a la iglesia de Santa María Magdalena, entre una gran ovación y numerosos vítores. Al ser un acto improvisado y nada predeterminado, no hubo ni túnicas de nazarenos ni banda de música.

Ya en la parroquia se unió al paso de la Virgen de los Dolores, y juntos recorrieron las calles de la villa acompañados por muchos fieles y vecinos que no dejaban de aclamar y lanzar grandes vivas.

Paso del Santo Cristo de la Veracruz en la Semana Santa de 1925

Aspecto que presentaba el paso del Santo Cristo de la Veracruz en la Semana Santa de 1925. Foto de doña María Farfán Gómez.

La procesión terminó a la una y media de la madrugada con la entrada del paso de Cristo en la capilla de San Sebastián. Terminaba, de esta forma, una jornada memorable de nuestra Semana Santa.

Y concluimos este breve artículo sobre el histórico Viernes Santo de 1934 con las actas que se incluyeron en los libros de acuerdos de ambas corporaciones, que poseen un gran valor e interés.

Esto fue lo que el secretario de la hermandad de la Vera-Cruz dejó asentado en el libro de actas capitulares de la cofradía:

«En la villa de Dos hermanas a treinta de marzo de mil novecientos treinta y cuatro, siendo las doce del mismo en ocasión de estar en la capilla de San Sebastián custodiando los pasos de Nuestro Padre Jesús de la Santa Veracruz y Nuestra Señora del Mayor Dolor los hermanos de esta hermandad los numerosos fieles y devotos que esta hermandad cuenta pusieron de manifiesto sus deseos de que la Cofradía hiciera estación por las calles de esta Villa. Y como no les fuera posible a los hermanos sustraerse a los deseos manifestado pues cada instante eran más numerosos los debotos que lo pedían asta el estremo que la capilla resultó pequeña para contener tantos fieles que todos pedían lo mismo acordaron que en vista que el paso de la Virgen no se encontraba en condiciones se sacase el paso del Señor con el de la Virgen de los Dolores de la Hermandad de la Sagrada Oración  del Huerto, pasando una comisión a ver a los hermanos de dicha hermandad por si estaban conforme, a lo que contestaron con gran entusiasmo.

Y al efecto siendo las nueve de la noche del Viernes Santo hacía su salida de la Capilla el paso del Señor y en una emocionante ovación y en clamorosos vivas se dirigió a la Iglesia Parroquial para que se uniese a la cofradía el paso de la Virgen de los Dolores, los cuales entre grandes vivas y aclamaciones del pueblo católico de Dos Hermanas recorrió las calles del itinerario aciendo su entrada en la Capilla con el mismo entuciasmo y veneración a la una y media de la madrugada del Sábado. Yo, el secretario doy fe. Manuel Ramos. Manuel Husón. Sigue. José Luis Ferrer de Couto. Manuel Zamora. José Moreno. Francisco García Vázquez. Manuel Gómez. Vicente Cabello. Manuel Muñoz. José Álvarez Alcoba. José Jiménez Álvarez. Manuel García Jiménez. Enrique Gómez»[2].

Por su parte, la hermandad de Oración dejó escrito lo siguiente:

«En la villa de Dos Hermanas, el día 30 de marzo de 1934, Viernes Santo, y encontrándose nuestras Sagradas Imágenes, según acuerdo tomado por esta Hermandad en el cabildo celebrado el día 1º de febrero 1934, expuesto a la veneración de los fieles en sus pasos, siendo las cinco de la tarde recibió el Teniente Hermano Mayor indicación de hacer estación con el paso de la Santísima Virgen en vista de los [——] deseos del público a lo cual hubo de negarse por no tener acordada la salida la Hermandad, pero en vista a los reiterados ruegos y la actitud del público, ante tal fuerza mayor hubo que comunicarlo a la Junta de Oficiales y de acuerdo con la Hermandad de la Santa Vera Cruz se acordó hacer estación ambas Hermandades la de la Vera Cruz con el paso del Cristo y esta Hermandad con el paso de la Virgen, saliendo a las 9 de la noche después de obtener el correspondiente permiso de la autoridad, en medio del mayor orden y entusiasmo»[3].

 

Para saber más…

─ Álvarez Rey, María Felisa. La Segunda República en Dos Hermanas. Primer Bienio (1931-1933). Dos Hermanas: Excelentísimo Ayuntamiento, 1996.

─ Calderón Alonso, Germán. «Los cultos de la cofradía de la Santa Vera-Cruz en 1934 y la procesión del Santo Cristo de la Vera-Cruz y Nuestra Madre y Señora de los Dolores en la tarde del Viernes Santo del mismo año, según las actas de la Cofradía de la Santa Vera-Cruz», en Boletín Informativo del Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas, Cuaresma 2004, n. º 69; pp. 76-85.

─ Domínguez González, Juan José. «La Oración en el Huerto en la Semana Santa de 1934», en Boletín Informativo del Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas, Cuaresma 2005, n. º 73.

─ Gómez Sánchez, José María. «Historia de la Hermandad», en Boletín del II Centenario de la incorporación de Nuestra Madre y Señora de los Dolores como titular de la Antigua y Real Hermandad de Nuestro Padre Jesús en la Sagrada Oración en el Huerto, Dos Hermanas, 1970.

─ Jiménez García, Antonio Jesús. «Vivencias de don Juan Reina Núñez y de los Anales de su cofradía en el XX Aniversario de la inauguración de la casa hermandad de la Sagrada Oración en el Huerto», en Revista de Feria de Dos Hermanas (1993); pp. 100-111.

─ Jiménez García, Antonio Jesús. «1928-1935: Un periplo de reformas en el seno de la hermandad de la Sagrada Oración en el Huerto», en Boletín Informativo del Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas, Cuaresma 1995; pp. 37-42.



Notas

[1] Para poder hacer la estación de penitencia era indispensable la preceptiva autorización del Gobernador Civil de Sevilla, representante del Gobierno central. No era sino lo que marcaba la Constitución de 1931 en su artículo 27: «Todas las confesiones podrán ejercer sus cultos privadamente. Las manifestaciones públicas del culto habrán de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno».

2  Archivo de la Hermandad de la Santa Vera-Cruz de Dos Hermanas, sección Gobierno, Libro de actas de Cabildos Generales (1921-1978), acta de 30 de marzo de 1934.

[3] Archivo de la Hermandad de la Oración en el Huerto de Dos Hermanas, sección Gobierno, Libro de actas de Cabildos, acta de 30 de marzo de 1934.

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